Como el misterio de los pendientes y los calcetines desapareados, hoy no me encuentro, me busco y no me encuentro.
Como el misterio de los pendientes y los calcetines desapareados no sé en qué momento me perdí.
Estoy perdida dentro de un pozo profundo y oscuro, atrapada en un andar circular sin cesar, estancada en pensamientos negativos obsesivos: por dónde?…, porque? …. Noo!!!…..
Mientras ando «en bucle» tomo conciencia de mi cuerpo y noto que las piernas se debilitan. El vacío se ha hecho muy grande, pesa mucho y percibo que hay algo que me chupa para adentro. Pienso que son el dolor y la tristeza. Me desequilibro y caigo al suelo exhausta. Hoy la desesperanza ha quedado enganchada en mi pecho. No puedo respirar, me ahogo y al mismo tiempo siento un dolor muy intenso en la boca del estómago; tengo muchas ganas de vomitar. Acabo vomitando hiel.
Lloro sin cesar, sin ningún motivo aparente. Tengo que hacer muchas cosas hoy, pero no me puedo concentrar.
A veces quiero acelerar el proceso, haciendo ver que no estoy sintiendo lo que estoy sintiendo, o haciendo ver que no pasa nada, desconectándome de mi parte afectiva. Pero esto todavía me hace sentir más vacía y entonces este vacío se llena de relaciones tóxicas, de actividades insanas y entonces aquel vacío todavía pesa más.
Estoy convencida que encontraré la puerta de salida cuando deje de mirarme los pies, porque esta puerta, por vivencias anteriores, sé que siempre está. Entonces lo abriré, entrará un rayo de luz que iluminará el camino que me hará más grande, más valiente.
La solución para mí, y para ti, por si te sirve:
1. Legitimo aquello que siento, dejo que se exprese y tomo conciencia qué es la información que me lleva. Qué me hace daño exactamente?
2. Vivo el instante presente. Dejo de aferrarme a aquel deseo: “aquello que podía haber sido y no ha sido”, porque no ser nunca. Dejo de idealizar el pasado.
3. Ser honesta conmigo misma y los otros. Dejo de auto engañarme y de magnificar aquello que era muy pequeño.
4. Suelto la culpa y empiezo a responsabilizarme de mi parte, de aquello que me corresponde a mí
5. Dejo de esperar que la situación cambie o que una persona cambie
6. Miro lo que Sí tengo y me desprendo de todo aquello físico o psicológico que me aporta malestar.
7. Me pongo frases que me hacen sentir que bien: ahora soy yo mi prioridad.
8. Dedico tiempo a mí para descubrir qué quiero a partir de ahora.
9. Me permito estar tiempo a solas conmigo misma para conocerme y así aprender a quererme, cuidarme y valorarme.
10. Acepto la realidad que hay.
«Soy semilla de cambio»