Cada día se generan conflictos y/o situaciones difíciles de resolver, como cada día se genera basura doméstica. Un conflicto lo podríamos definir como un choque que una persona experimenta ante una situación que le causa un desacuerdo o una discrepancia.
Donde hay personas, hay conflictos. El conflicto forma parte de la persona, este es inherente al ser humano. De una manera u otra estamos implicados continuamente en conflictos.
Si en una relación personal no existe nunca un conflicto, esto nos informa que algo está sucediendo en esta relación, puesto que todas las relaciones interpersonales son susceptibles de generar conflictos. En los procesos de interacción se relacionan personas con diferentes personalidades, diferentes conductas y actitudes, diferentes experiencias y códigos éticos.
En un sistema, tanto sea una familia como un equipo profesional, hay infinidad de relaciones interpersonales que se van produciendo, por lo tanto, el surgimiento de conflictos tiene que mirarse como una cosa habitual y natural, siempre que se produzcan en un contexto determinado, y teniendo en cuenta la cantidad y niveles, es decir, no sean desmesurados.
Y repito, si en un equipo de personas no hay conflicto, es que este equipo probablemente este muerto como tal, y si existen constantemente y hay niveles altos de agresividad se tienen que tomar medidas excepcionales. Lo que es importante y necesario es dotar a las personas de mecanismos para prevenir, gestionar y resolver los conflictos.
En un conflicto habitual y cotidiano es fundamental saber mantener conversaciones desde la serenidad, sobre todo con aquellas personas que tienen puntos de vista diferente al tuyo.
Os habéis encontrado alguna vez personas que empiezan la conversación con la frase: “con todo mi respecto del mundo, o con todo mi amor,..”, pero tú ya te lo ves venir, piensas ay ay ay que me dirá ahora, y te pones a la defensiva, porque ya sabes que la segunda frase irá directamente a a la yugular. La segunda frase acostumbra a ser un juicio sobre tus pensamientos, sentimientos o actitudes que estás adoptando ante una situación. Otro frase muy habitual es aquella que te dicen al final de su explicación: “ei, pero con mucho de cariño, no querría ofenderte”
Dos habilitados socio-emocionales que nos pueden ayudar en la hora de manegar una conversación difícil son la Comprensión y la Empatía. Las dos van cogidas de la mi, quiero decir que cuando hay comprensión hay empatía, y cuando hay empatía hay comprensión. No existe una sin el otro.
Para potenciar las capacidades de comprender y empatizar os puede ayudar saber que:
• nuestra percepción del mundo no es la realidad. Nuestra percepción del mundo se según nuestras creencias y hayan sido nuestras vivencias o experiencias.
• cuando actuamos bajo nuestras creencias, y las validamos como únicas posibles estamos excluimos a toda persona que no actúa bajo las mismas creencias que las nuestras.
• nuestra visión de la realidad es una parte de la realidad, no es toda la realidad.
• la nuestro opinión, o la opinión del otro, es esto mismo, una opinión no es la realidad.
• el que siente el otro es tanto legítimo como el que sentimos nosotros.
• el que expresa el otro es del otro no es nuestro.
• cada persona tiene sus miedos, y todas son legitimas.
• toda persona actúa según su nivel de sabiduría.
• para poder comprender primero tengo que estar abierto a entender.
• una persona se siente compresa cuando se siente escuchada.
• el otro persona es tal como quiere ser, no se como tú quieres que sea.
• para respetar a otro lo tengo que valorar y aceptar tal como es, por que él o ella ya es un esser humano legítimo y completo.
“soy semilla de cambio”