Casa soy yo

«Tener un piano no te convierte en pianista, tener una criatura tampoco te convierte en padre o madre” Michael A. Levine

“Me siento como casa”, “como casa, en ninguna parte” y  “por fin a casa”, son frases hechas que la mayoría de personas que estáis leyendo este post las habéis dicho o bien las habéis escuchado. Son expresiones de uso muy habitual, que tienen un significado invariable y no se pueden traducir literalmente a un otra lengua, pues se utiliza su significado con un sentido figurado.

El otro día pensaba que quizás el sentido figurado de estas frases tiene mucho que ver con el origen de la palabra casa. Casa es una palabra de origen latino que fue creada para identificar un espacio seguro por los humanos ubicado en medio de las viñas. Casa era aquella vivienda rústica, hecho de ramas, tipos barraca o cabaña, donde los campesinos se protegían del frío, de la lluvia,  de los rayos del sol. Un lugar donde también se podían refugiar de los ataques de los animales, y donde se sentían fuera del peligro de trampas u otras incertidumbres.

Cuando tenemos un día o días duros, y por fin llegamos a casa, en muchas ocasiones nos sale un por fin a casa!”. Uno por fin a casa que en su sentido figurado quiere decir: me puedo descalzar, puedo ir desnudada, puedo hacer el que quiera, puedo expresar el que quiera, puedo ser yo. Es el momento en que vuelvo a ser yo, y me libero del peso que he estado llevando durante todo el día o durante X días.  Desgraciadamente no todo el mundo puede vivir un llegar a casa desde esta mirada. Todavía hoy a muchos hogares es imposible poder experimentar esta sensación, pues en ellas  se viven situaciones de violencia familiar, tanto verbal como física, mayoritariamente hacia las mujeres y a los niños, que hacen que este llegar a casa sea una experiencia desagradable.

La violencia dentro de casa provoca mucho dolor y este es perdurable en el tiempo.  Estas vivencias cargadas de una emoción negativa o desadaptativa, quedan grabadas en el hipotálamo, el sótano del cerebro. Cuando esto sucede, cuando se produce esta disonancia entre el que tendría que ser y el que finalmente ocurre, entonces se genera malestar y sufrimiento.

Casa para mí es aquel lugar donde me siento respetada, donde me siento escuchada, donde tengo permiso para expresar los sentimientos, donde no me siento juzgada por aquello que hago o pienso. Casa es el lugar donde yo me tengo que sentir segura, donde me tienen que cuidar y me tienen que proteger. Casa soy yo, casa es mi esencia.

«Soy semilla de cambio»